el viento hace peines..
y desenmaraña las esquinas
la lluvia suena hueca
tocando el cristal de la ventana.
Asturías no se queda muda..
pero se adormece bajo los mantos ,
la nieve va montando los caminos;
se hacen remolinos en los recovecos
ahí donde anidan las arañas.
suena a frío...tic- tac...tic- tac
el tiempo tiembla en los caminos...
como hace rumores el silencio,
se cuela entre las ramas desnudas
nieve, hielo...agua
¡Belarmino, detente en el risco!...
mira más allá de la llanura..
blanca y fría.. porque
lo verde está dormitando.
Cuantas montañas, que de pueblitos
proyectados en el grisáceo cielo...
la gente pasa de largo..nadie tiene tiempo
te lanzan miradas rápidas y distraídas
nadie sabe quién eres
y no les importa...aún así..
La tierra llama , ¿no?
¡Belarmino!
el abuelo ha hecho esfuerzos y ha caminado
sobre toda esta franja de tierra
se conoció los caminos
se bebió los poblados...
y ahora le han honrado con alguna calle
su nombre es un pedazo de historia
unos lo han hecho acartonado
pero los demás lo conservan palpitando.
Belarmino
Ahora con el abuelo, andas paseándote en su pasado
bebiendo recuerdos y datos...
esperando encontrarte.. más que encontrarlo..
él te llama, te llama siempre
-¡abuelo, abuelo!-le respondes.
...pero no te oye
-¡abuelo, abuelo!-le gritas
y al mismo tiempo tu voz
es la de un niño y la de un hombre
en sueños... sueños indescifrables...
le tomas la mano...le besas la frente.
grabado en las notas va su pasado...
y en ellas quieres adivinar tu presente.
y te heredó además del nombre,
la historia y las redes,
ésas que aún a tus ojos se esconden
y aunque Belarmino se llamen
son dos almas distintas ...
dos almas distintas unidas por un legado de sangre
Rocio Avitia
enero 2010